sábado, 19 de noviembre de 2011

El apego a lo material

Todos recibimos lo que nos corresponde, en algún momento, en alguna parte, de alguna manera esta definido, y es dado a cada uno de nosotros, el conflicto se presenta cuando no aceptamos lo que nos otorgan, siempre pensamos que no es suficiente.

El apego a lo material es el principio de la dependencia, el apego a lo material es una puerta de entrada a la esclavitud que no tiene cadenas, pero que atrapa, es como una venda que impide ver lo que se encuentra a unos pasos de nosotros.

Cuando se adquiere un producto que se ha estado deseando, lo mejor es disfrutarlo plenamente en su exacta dimensión, hay que recordar que nada es para siempre, lo importante es el día de hoy.

Por sistema sufrimos cuando falta el dinero, pero la rueda de la fortuna también se detiene por alguna causa desconocida, pero solo es por un tiempo, lo importante es no buscar culpables, aunque estos sean reales, lo mejor es no dispersar las energías.

En estas circunstancias es donde es aplicable aquello que entendemos como fe, aunque la fe  solo se comprenda como un concepto, pero ella nos acerca  a la persona adecuada que sin saber como, nos regala apoyo y afecto.

Debemos aceptar que todos tenemos momentos difíciles, de sufrimiento, y ese sufrimiento radica en tener la ilusión de apegarse a algo, la prosperidad y la abundancia sí existen, de ninguna manera es malo tener una buena posición económica.

Lo que esta mal es apegarse a las cosas a tal punto, que dichas cosas nos conviertan en esclavos, pues, lo que hoy nos proporciona satisfacción, mañana puede producirnos una tremenda frustración.

¿No es que siempre nos falten cosas? Porque cuando las conseguimos, siempre falta una más, y otra, y otra, esa es la cara de la esclavitud de que hablo, hoy tengo un carro que necesitaba, y cuando ya lo he disfrutado, comienzo a desear otro.

Ahora quiero uno más grande, porque en el actual, viajamos muy incómodos cuando salimos a pasear, pero, ¿Antes no teníamos un carro? Antes ni siquiera paseábamos, ¿Entonces? Tal vez, cuando sea el momento, cuando se necesita, se adquirirá uno más grande.

Si la familia no se encuentra entusiasmada, si su ánimo se encuentra a nivel del piso, es muy importante que le hagas saber que la unidad familiar es el principio, solo unidos se puede generar prosperidad, es necesario unir la energía de cada miembro de la familia y generar riqueza.

Pero riqueza en todo lo que abarca el concepto, la abundancia es como el agua en el océano, hay suficiente, todos tienen derecho a su porción, la diferencia es que hoy se puede contener en un recipiente pequeño y reunida la familia puede llenar un gran contenedor de agua.

El problema es que nunca sabemos cual es el verdadero tesoro que poseemos, es posible que sea lo que cada uno de nosotros tiene y nada más, resulta difícil aceptar que vivimos en una sociedad de competencia y consumo.

Como entender que, existan lugares donde la pobreza es extrema y la muerte es inminente, y sin embargo, las personas viven con alegría, a su manera, sus costumbres y su filosofía buscan la liberación tal vez de su alma, es posible que el desapego a lo material sea la manera de obtener la felicidad interior.

El secreto es aprender que la mejor vida es estar donde queremos, con quien queremos y aceptar lo que nos tocó vivir, con humildad, pero con coraje, comprender que la vida es un tiempo de aprendizaje, el desapego a lo material, nos convierte en eternos aprendices.

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